Todos los 26 marzo se conmemora el Día mundial de la prevención del cáncer de cuello uterino (CCU). Esta fecha busca establecer acciones de concientización e información sobre la importancia de efectuarse el test del Virus de Papiloma Humano (VPH) o el Papanicolaou (PAP) en los tiempos indicados por cada profesional médico.
En este sentido, es importante recordar que el cáncer de cuello de útero es una enfermedad altamente prevenible.
Dentro de los ejes de gestión para este año se priorizan acciones de prevención y promoción en el territorio. Cabe destacar que los equipos de trabajo del Ministerio de Salud de la provincia llevan adelante distintos lineamientos entendiendo que los tumores se encuentran dentro del grupo de las enfermedades crónicas no transmisibles que son la principal causa de muerte en nuestro país y en el mundo.
“Quiero destacar que en la provincia del Neuquén se incorporó la estrategia del test de VPH a finales del 2014, y desde su puesta en marcha hasta la fecha se realizaron 59.624 estudios de VPH”, dijo la ministra de Salud, Andrea Peve. “Venimos trabajando en reforzar la prevención y seguimos articulando para brindar atención de calidad en todo el territorio neuquino”, detalló.
En relación a la prevención y al diagnóstico precoz, desde el programa de Prevención de Tumores, de la Dirección Provincial de Atención Primaria de la Salud de la cartera sanitaria provincial, indicaron que siempre se prioriza “la estrategia de la oportunidad”, es decir, cuando una persona concurre a un consultorio se evalúa y se solicitan todos los estudios necesarios.
Por otra parte, en el Sistema Público de Salud se destaca el trabajo en red, interconsulta y derivación entre el equipo del Hospital Provincial Neuquén (HPN) y los profesionales de los distintos establecimientos sanitarios. El servicio de Ginecología del HPN, está integrado por Carolina Lizarraga, Luciana Hita y Adrián Aguirre, quienes se han formado en un posgrado de la subespecialidad en Patología del Tracto Genital Inferior.
¿Qué es el CCU?
El cáncer cervicouterino se produce por un crecimiento anormal de las células del cuello de útero, causado por algunos tipos de VPH. El VPH es un virus muy común que afecta tanto a varones como a mujeres y se transmite por contacto sexual. Se estima que 8 de cada 10 personas lo tendrán en algún momento de sus vidas.
En la mayoría de los casos, el virus desaparece sin causar síntomas. Sólo en una pequeña proporción (alrededor del 5% de los casos), este virus provoca lesiones (malformaciones en las células) que con el tiempo pueden convertirse en cáncer.
El tiempo estimado, desde que se produce una lesión hasta que se desarrolla un cáncer en el cuello del útero, es entre 10 y 20 años. Por este motivo el cáncer de cuello de útero es una enfermedad altamente prevenible.
¿Cómo prevenirlo?
En todos los establecimientos de salud pública de la provincia se puede solicitar realizarse los estudios: test de VPH, PAP, y la aplicación de la vacuna para todos los niños y niñas de 11 años en vacunatorios.
Además, se recomienda incorporar hábitos saludables como consumir frutas y verduras; alimentos con bajo contenido en grasas; practicar ejercicio físico regularmente; y evitar el consumo de tabaco y la ingesta excesiva de alcohol.
¿Cuáles son los estudios?
Test de VPH:es un método de detección accesible y gratuito que detecta la presencia de los VPH de alto riesgo en el cuello uterino. Si no se tratan, con el tiempo pueden desarrollar un cáncer. Se realiza a las personas con útero entre los 30 y los 64 años, en conjunto con la toma del PAP, y en caso de resultar negativo se repite cada 5 años.
Papanicolaou (PAP): es un estudio sencillo que detecta lesiones en el cuello del útero. Es indoloro. Si durante dos años seguidos el PAP da negativo, en el caso de la población de 25 a 29 años, se puede espaciar a tres años.
Vacuna contra el VPH: previene la infección de los VPH que causan aproximadamente el 80% de los casos de cáncer de cuello de útero. La vacuna está dentro del Calendario Nacional de Vacunación, es gratuita y obligatoria para los niños y las niñas de 11 años (dos dosis con intervalo mínimo de 6 meses).