El siguiente texto fue enviado por Pablo Hodola, vecino de Cutral Co, hijo de Sirena Acuña y Oscar Hodola, desaparecidos en la última dictadura militar. Su opinión se emitió como consecuencia de la denuncia de hallazgo de huesos en Neuquén.
“Aún en estos tiempos continua y continuaran apareciendo restos de las personas que fueron secuestradas durante la
ultima dictadura en nuestro país, es lo que esperamos y es lo que esperaran quienes tienen familiares ausentes desde
hace mas de 45 años- Hijos e hijas de tantos hombres y mujeres tienen el anhelo de conocer cuál fue el destino de sus
familiares, y en ello es recurrente el pedido de las Madres de Plaza de Mayo de Neuquen, Inés y Lolín, y de tantas otras
Madres en este país y, porque no, también desde el silencio y el dolor, es el anhelo de tantas madres y padres de los
países sudamericanos.- por eso cuando aparecen noticias sobre el hallazgo de “restos óseos”, “de restos quizás
humanos”, y más donde funcionó un centro clandestino de detención, el aire se tensiona”.
“Tantos Centros Clandestinos que existieron y que los militares, venida la Democracia, trabajaron también por hacer
desaparecer, queriendo borrar todo rastro de las aberraciones que cometieron mientras decían gobernar, donde hasta
algunos tenemos la sospecha de que se cometieron incluso infanticidios, aunque esa es una historia que ellos, los
pasados y los actuales no quieran asumir para no cargar con ese peso frente a la sociedad; por ello baste recordar los
casos de Sebastián (Soulier Ríos) que cuando era bebé fue abandonado con los dedos de los pies hinchados, orinado y
las pupilas dilatadas, no cerraba los ojos porque fue torturado, y el caso de Emiliano Ginez Scotto de 11 meses, con
Sindrome de Down que muere por abandono ante el secuestro de sus padres, son casos que se suman y se tienen
presentes a la tensión del momento cuando se da a conocer que “se hallaron restos humanos que quizás sean del
tiempo de la dictadura”.-
“Las personas que viven en la búsqueda de sus seres queridos, están en la búsqueda permanente por saber dónde
fueron llevados sus familiares como parte de una reparación necesaria para que estos hechos no vuelvan a suceder y
para, de algún modo, tener un cierre ante esa ausencia, pero quizás también una apertura para conocer que hicieron
hasta con el último de los desaparecidos”.
“Desde la presentación que hicieran familiares de detenidos desaparecidos en Argentina ante la ONU a principios de
los ´80 diciendo que “en Argentina no hay crímenes de guerra ni asesinatos, sino que hay una figura nueva, sucede
algo distinto”, hecho que dio lugar a la creación de la “Convención Internacional para la protección de todas las
Personas contra la Desaparición Forzada”, y a la “Convención de las Naciones Unidad contra la Tortura”, donde allí se
relataron los acontecimientos violentos que se sucedían en Argentina recabados hasta el momento, es un estamento
que hoy, como ejemplo, al 4 de noviembre observa el trabajo de investigadores forenses en el Congo y su acercamiento
a la justicia frente a las ejecuciones extrajudiciales, tortura, violencia sexual y de género que sucedieron en ese país,
no hace 46 años, sino en 2017, donde la ONU ha documentado 80 fosas comunes”.
“El grupo de trabajo de Desaparición Forzada en la ONU es el primer grupo de trabajo especial alcanzado por iniciativa
de Abuelas de Plaza de Mayo que incluso desde allí, en el marco de ese trabajo, comenzó a acercar las cuestiones de
derechos humanos a la ciencia forense para la identificación de los nietos cuando aparecieren y esto también se tiene
presente cuando avisan “se investigan restos óseos que aparecieron en cercanías de un predio del ejército”. Se
profundiza la impaciencia, regresa el dolor, se vienen las imágenes de ese ser querido, que es un hermano o hermana,
es un padre o madre, es un tío, un yerno, una cuñada, un compañero de trabajo o el vecino que integraba el club del
barrio que hace 46 años no se sabe dónde están; es la profesora de matemáticas; el profesor de filosofía, es el amigo
o amiga, es el sr de la caja del banco, el laburante de YPF, el profesor de básquet, el obrero de la construcción, el
policía, soldado o gendarme, es la profesora de literaturas, el abogado, el geólogo; es el o la periodista Desaparecido
por la dictadura o muerto por la triple A (33 casos en Argentina)”.
“Frente a eso es necesario la responsabilidad, respeto y perspectiva de derechos humanos por parte de quienes
trabajan por difundir este tipo de información, porque la dictadura no actuó solamente sobre la persona que detuvo,
secuestro, torturo e hizo desaparecer, sino también sobre sus familias; por eso la desaparición, extendiendo Tortura
en el tiempo sobre madres, padres, hijos, hijas y nietos; sobre un sin número de personas, que aunque no estén
visibles, existen”.
Pablo Hodola