Si consumís noticias asiduamente, habrás visto que en muchos canales, y portales de información están anunciando con bombos y platillos que se viene la Luna Rosa. Y dejame que te eche abajo la expectativa: en unas horas más habrá una hermosa Luna llena, pero no se verá de color rosado… lo siento.
La culpa la tiene el tratamiento que le dan en los medios a los fenómenos del cielo, que en los últimos años parecen haber ganado adeptos. Y eso me encanta. Para una amante del cielo y del espacio, y de todas sus manifestaciones, como yo, no deja de ser gratificante.
Pero en estas épocas de “copiar-pegar” que encontraron en los portales on line de noticias y en las redes sociales su espacio natural, es frecuente que se deforme la información, y que se magnifique para causar impacto.
Desde la 1.34 horas de este 6 de abril, la luna entrará en su fase llena, y si el cielo se muestra despejado, se podrá ver su belleza en toda la región. Y quizás muchos aprovechen que se viene un feriado largo y dediquen horas de contemplación al cielo, donde nuestro satélite natural se dejará ver en todo su esplendor. Si sólo te interesa saber cuándo cambian las fases, para facilitar la observación, te recomiendo la página del Servicio de Hidrografía Naval de Argentina, que tiene un calendario claro y conciso.
¿Por qué le dicen Luna Rosa? No tiene mucho misterio: cuando Internet no existía, y a la comunicación de los conocimientos era básicamente “de boca en boca”, los fenómenos naturales recibían nombres en distintas regiones, y sobre todo, si coincidían con cambios climáticos y su impacto en las plantaciones, en la flora y en la fauna.
Así, ahora se le da a la Luna llena que se presenta cada mes algún nombre, que coincide con los calificativos que se le impusieron en el hemisferio norte: Luna Rosa cuando comienza la primavera y florecen unas plantitas con ese color; Luna de Sangre o del Lobo, cuando el frío en los lugares más cercanos al polo norte hacía que esos animales entraran a las poblaciones buscando comida; Luna del cazador, del gusano, del esturión, de las flores… y así.
Yo te propongo que simplemente la mires, de noche y de día, cuando también se la puede ver recortada contra el celeste del cielo, y la disfrutes, así de simple. Después de todo hasta ahora no estamos seguros de que exista entre nuestros vecinos planetarios alguien con vida que tenga la enorme fortuna de ver a su satélite natural como si estuviera al alcance de la mano, hablando en términos de distancias astronómicas.