Esta mañana, se celebró el séptimo aniversario del Banco de Leche Humana Neuquén (BLH) en el Centro Cultural Gregorio Álvarez de Plaza Huincul.
Entre palabras de reconocimiento y una ambientación colmada de colores, autoridades sanitarias, instituciones y público en general disfrutaron de un encuentro en el que se destacó el trabajo de los equipos de salud y la comunidad a lo largo de estos siete años.
El BLH de Cutral Co se inauguró el 16 de junio de 2016, en el Hospital de Cutral Co y Plaza Huincul, y se trata de un centro especializado que recibe leche humana de personas donantes, la analiza, clasifica, pasteuriza y distribuye a las terapias neonatales de la Provincia.
Durante la apertura del acto, la ministra de Salud, Andrea Peve, repasó los distintos hitos históricos y procesos fundamentales para el armado de la Red de Leche Humana, pasando por la fundación del Sistema de Salud, el trabajo en maternidad e infancia, y la certificación de hospitales, centros de salud y espacios amigos de la lactancia.
“En ese enorme entramado se fue armando esto que hoy sigue dando pasos para disminuir la mortalidad infantil. Aquella mortalidad infantil que era 115 por mil nacidos/as vivos/as y hoy es de 4,8. Somos, junto a la Pampa y CABA, de las provincias que menos mortalidad infantil tienen y eso es un orgullo. Ese es un trabajo que se va fortaleciendo día a día y hay muchísimas personas que fortalecen esta tarea”, destacó la ministra de Salud, a la vez que valoró el apoyo político y la clave base comunitaria que tiene el Banco de Leche Humana para llegar a las terapias neonatales “con el mayor acto de amor que puede tener una persona que está amamantando” a sabiendas de la importancia y el sacrificio que implica.
También estuvieron presentes el coordinador de la Red de Leche Humana del Neuquén, Martín Sapag; la jefa de Servicio del Banco de Leche Humana del Neuquén, Alejandra Buiarevich; referentes de los nodos de recolección, Instituciones Amigas de la Lactancia Materna, donantes, familias y público en general.
Buiarevich, por su parte, detalló que el séptimo año del BLH trajo muchas novedades, contó que hay donantes actuales que han donado previamente y destacó el rol de las promotoras comunitarias y de los distintos eslabones que intervienen en la cadena.
“Es una experiencia maravillosa la de poder donar, es gratificante, sanadora, esto nos hace pensar a nivel comunitario qué estamos haciendo con el cuidado de nuestros niños, con la alimentación de nuestros niños, y eso nos brinda la seguridad alimentaria que tanto pedimos y que lo podemos hacer gracias a la lactancia”, agregó.
Finalmente, Sapag describió el crecimiento que tuvo el BLH a lo largo de estos años y destacó la identidad comunitaria del mismo como el importante impacto que tiene la leche humana pasteurizada en las terapias neonatales de la Provincia.
Si bien a lo largo de estos siete años se han ido sumando personas, proyectos y espacios, el objetivo principal sigue siendo asegurar la alimentación con Leche Humana Pasteurizada (LHP) a niños y niñas nacidos/as y/o ingresados/as en instituciones asistenciales, con internación neonatal y/o pediátrica, según los criterios médicos nutricionales establecidos.
Así, las estadísticas permiten evidenciar que desde 2016 a la fecha se superaron los 3.800 litros de leche humana recolectada y que hay más de 2.500 personas donantes. En relación al destino, además, se destaca que se entregaron más de 2.400 litros de leche humana pasteurizada y que más de 2.400 bebés la recibieron.
El BLH cubre la demanda de todas las terapias neonatales del subsector público y privado de la Provincia. El trabajo se realiza a través de la Red de Leche Humana del Neuquén, integrada por 52 nodos de recolección ubicados en instituciones de salud, tanto públicas como privadas, en establecimientos educativos de todos los niveles, instituciones y asociaciones de la sociedad civil.
El impacto que tiene su funcionamiento en las terapias es muy alto, ya que permite disminuir la morbimortalidad neonatal de las y los recién nacidos más vulnerables, los costos en salud y, sobre todo, la angustia de las familias a las que les toca atravesar la prematurez extrema.