La hepatitis C es una enfermedad del hígado causada por virus, que se puede presentar como una infección aguda, pero es muy frecuente que se desarrolle en forma asintomática y que evolucione a una enfermedad crónica que puede desembocar en cuadros críticos, como cirrosis o cáncer de hígado.
La buena noticia es que los tratamientos han evolucionado y detectada a tiempo, la afección puede tratarse con resultados favorables.
Cada 28 de julio se celebra el Día Mundial contra la Hepatitis. Este año, tanto en el Hospital de Complejidad VI como en el Sanatorio Plaza Huincul se realizaron acciones de concientización sobre la hepatitis C. No es la única forma en la que se presenta: también hay otros tipos: A, B, D y E.
La doctora Daniela Dal Piva, infectóloga del hospital, explicó que existe a disposición de la población el testeo de la hepatitis C (mediante análisis de sangre específico), y destacó la gratuidad de la detección y del tratamiento para los casos positivos.
“Es gratis, porque la medicación es suministrada por el sistema público a los pacientes que no tienen obra social, y los que tienen, la cubre. Si el paciente lo solicita, o como parte de la rutina (de prevención), por lo menos una vez en la vida las personas de 18 a 79 años deberían hacerlo”, indicó la profesional.
Según el Ministerio de Salud de la Nación, la hepatitis C se puede presentar “como una infección aguda, lo más frecuente es que se desarrolle de forma asintomática, evolucionando a una enfermedad crónica (persistente) que con el tiempo puede conducir a cirrosis, cáncer de hígado y múltiples complicaciones fuera del hígado”.
Esta enfermedad se transmite por contacto directo con sangre infectada, al compartir agujas, jeringas, o elementos cortopunzantes con personas infectadas, al hacerse tatuajes o colocarse piercing con material que no fue debidamente esterilizado o al tener relaciones sexuales sin preservativo u otro método de barrera.
Como dato relevante, se indica que los síntomas de la Hepatitis C crónica pueden tardar hasta 30 años en manifestarse, y el daño al hígado suele ser silencioso durante este tiempo.
Signos de alarma:
- Cansancio, fatiga (astenia).
- Náuseas o vómitos.
- Fiebre y escalofríos.
- Orina de color oscuro y materia fecal de color más claro.
- Coloración amarilla en la piel y mucosas (ictericia).
- Problemas de coagulación de la sangre.
- Vómitos de sangre o materia fecal negra (sangrado digestivo).
- Distensión abdominal con líquido dentro del abdomen (ascitis).
Por el momento no existe vacuna para prevenir la hepatitis C, pero se puede curar, ya que en los últimos años aparecieron nuevos medicamentos antivirales que permiten tratamientos cortos (8 o 12 semanas).