Hace unos pocos días se hizo público que la tradicional y reconocida empresa Peduzzi cambiaba de manos. Su nuevo CEO, Juan Cruz Lopez anunció que hubo importantes inversiones que el destino de Peduzzi será ser una de las jugadoras más importantes en los servicios petroleros de la cuenca neuquina.
Esta empresa creció con perfil muy bajo pero tiene ganado un amplio espectro de clientes en toda la cuenca. Realizan transporte de cargas líquidas pero también de cargas sólidas; tienen una especialización en residuos peligrosos y por ello casi todas sus unidades están habilitadas para este tipo de traslado.
Trabajan con Total, Shell, YPF y TecPetrol por nombrar algunas. “La empresa no está focalizada en un cliente, estamos diversificados y el servicio está enfocado en los requerimientos de esos clientes específicos, sus normativas de seguridad, las de la industria y la de cada operadora en particular”, explican desde la empresa.
Si bien existe una asociación de Peduzzi con las empresas de Cutral Co y Plaza Huincul que surgieron con la privatización de YPF, en realidad no está construida “a los ponchazos” sino que priorizan el profesionalismo y la eficencia y por ello “somos competitivos en no convencional”, dicen con orgullo.
¿Dónde se le nota el profesionalismo a Peduzzi? En la permanente incorporación de teconología. Hace unos días López estuvo en Estados Unidos para mantenerse a la vanguardia en la utilización de equipos para los camiones chupa. El traslado de residuos peligrosos hacia zonas donde serán tratados es uno de los servicios prioritarios de Peduzzi.
Además se montó hace poco una sala de control donde se monitorean las 400 unidades que Peduzzi tiene en el campo. Nunca llegan hacia las localidades donde están las bases (Añelo, Allen y la principal en Plaza Huincul) sino que son asistidos de manera remota o presencial con repuestos, combustible y recambio de personal.
“No me gusta poner en manos de terceros los servicios que son críticos para nosotros”, dice Juan Cruz López y por ello Peduzzi tiene un taller propio, con repuestos propios, una gomería y un lugar de limpieza industrial. Cada unidad es monitoreada satelitalmente y así se mejora la productividad.
En la base de Añelo se dispone de habitaciones y lugares de descanso para 120 personas y hay traillers para los trabajadores y trabajadoras también en los yacimientos. El transporte del personal es propio.
En total son 450 los trabajadores contratados y una cifra similar se contratan con servicios de terceros. Eso equipara a la mano de empleo de cualquiera de las municipalidades locales y supera a Copelco.
El recurso humano es prioridad para la empresa y por ello apuntarán a una asociación estratégica con las EPET de la zona para generar mano de obra especializada. “Para manejar un camión como los nuestros hay que tener un carnet especial, deben tener otra formación mucho más profesional, para un chofer trabajar en Transportes Peduzzi es un paso muy importante en su carrera”, dice López.
Las últimas inversiones fueron en nuevas unidades de camiones, en la tecnología de la sala de monitereo y próximamente se ampliará el equipamiento de las unidades chupa para absorber cada vez más materiales. E intentarán crecer en el negocio del alquiler de tanques y piletas de almacenamiento.
“Esta es una empresa que realiza 800 mil kilómetros por mes con todas sus unidades, somos un jugador importante en la industria”, dice López. Cada camión mueve 35 mil litros de petróleo o de residuos peligrosos y “no salimos en los diarios” porque el trabajo se hace a conciencia, bajo estrictas normas de seguridad.
La negociación de la venta de Peduzzi a López y otros inversores duró nueve meses, involucró a abogados, técnicos, ingenieros, contadores, de ambas partes hasta que se pudo concretar. Pero el resultado enorgullece a todos los participantes. “A cada uno que entra le digo lo mismo: ojo que acá todo anda bien, tenés que hacer que esté mejor”, sentencia López para señalar cual es el mayor valor de la empresa: la excelencia.