Vecinos de ese sector expresaron su temor por la aparición de alacranes, y la atribuyen a la falta de limpieza y desmalezamiento de baldíos.
Particularmente, informaron que esa situación se da en la calle Hilario Estévez, en la manzana 809 (entre Colón y Pincheira). Una vecina preocupada por la situación pidió enfáticamente que los responsables de los terrenos baldíos limpien esos sitios: “¡Por favor, hay muchos niños en esa cuadra!”.
Los alacranes que viven en la Patagonia son del género Bothriurus, tienen sus pinzas más cortas y gruesas que los ponzoñosos y el aguijón de la cola no posee apófisis subaculear (que es una espina que da la impresión de que el aguijón es doble).
Según los datos de sitios especializados, la picadura de los alacranes autóctonos no es más peligrosa que la de una avispa o una abeja, y sólo requiere de atención médica en caso de que provoque alguna reacción alérgica en el potencial paciente, aunque el pinchazo es doloroso. Sin embargo no existen registros de consecuencias severas.