Desde la mañana de hoy ocho mujeres que hasta fines de enero prestaron tareas en la municipalidad de esta ciudad como contratadas, se instalaron para protestar en el espacio destinado a la atención del público en el edificio comunal.
De manera simbólica se encadenaron a las sillas del lugar, mientras esperan recibir alguna respuesta de parte del ejecutivo municipal, que decidió no renovar sus contratos.
En la primera semana de enero hubo una suerte de convulsión entre los trabajadores que prestaban servicio para el municipio, prestando tareas en distintos sectores. Con la decisión de achicar la planta de trabajadores, el intendente Claudio Larraza determinó que decenas de ellos no fueran nuevamente contratados. Tras un acampe en el corralón municipal por parte de los ex contratados, y y una serie de gestiones, se promovieron capacitaciones para algunos, y la reinserción laboral de otros.
En el caso de las mujeres que hoy iniciaron la protesta, no habrían quedado encuadradas en ninguna de esas opciones, y por eso decidieron desde hoy reclamar por su situación ante las autoridades municipales. El secretario de gobierno Nelson Álvarez mantuvo un diálogo con ellas, pero aún no habría un ofrecimiento concreto para ellas.