Se desarrolla en Neuquén capital el juicio por delitos de lesa humanidad contra el exjuez federal Pedro Duarte y el fiscal Víctor Marcelo Ortíz por omitir e incluso falsear en causas iniciadas por los familiares de personas desaparecidas en la provincia de Neuquén.
El juicio comenzó en octubre pero hubo testimonios que se tomaron previamente, uno clave fue el de Noemí Labrune que lamentablemente falleció poco después.
Duarte y Ortíz recibieron las denuncias por las desapariciones en Neuquén, que llevaron a cabo militares durante la dictadura y por falsear hechos para justificar las desapareciones. En la audiencia realizada este lunes declaró Omar “Pato” Méndez que reemplazó a su hermano Rogelio Méndez y representó a sus padres y a su hermano desaparecido, José Méndez.
Esta es la primera vez que Rogelio Méndez no está para mantener viva la memoria de su hermano desaparecido. Él debía declarar hoy sobre todas las denuncias y habeas corpus que presentaron los padres de José para encontrarlo, sin que hubiera respuesta.
“Pato” Méndez contó que cuando tenía 15 años, lo secuestraron del colegio nocturno y se lo llevaron a la comisaría 14 donde fue torturado para que diera datos de su hermano José. Las torturas implicaron descargas eléctricas con una picana además de golpes contínuos. A las 6 de mañana lo entregaron a sus padres, en Neuquén capital. Todo su relato de su secuestro fue de lo más cruento que se escuchó en la audiencia.
A José ya lo habían secuestrado, cuando torturaban a su hermano, porque estaba haciendo el servicio militar obligatorio. Sus padres no dejaron de denunciar su desaparición y todos los martes iban a la Brigada de Montaña a preguntar por él, sin respuesta.
También declaró Adriana Metz, que tenía un año y medio cuando sus padres Graciela Romero y Raúl Metz (foto) fueron secuestrado. Su mamá estaba embarazada y en 1981 supieron que nació en cautiverio y que era un varón.
Adriana supo que sus abuelos radicaron denuncias por la desaparición de sus padres en la comisaría 14 y también Neuquén capital, que debieron darle curso los acusados pero que nada hicieron. Ella comenzó la búsqueda activa de su hermano cuando fue madre y entendió lo pasó su mamá para tenerlo. Ahora vive en Mar del Plata y forma parte de las agrupaciones que buscan a los nietos desaparecidos.
También declaró la senadora nacional, Silvia Sapag, que tenía 14 años cuando se mudó a Neuquén. Dio testimonio que indica que tanto Duarte como Ortíz supieron de la muerte de sus hermanos, que sus ataúdes pasaron por frente a la casa de los acusados y que nada hicieron para investigarlas. Dos hijos de Felipe Sapag fueron muertos durante la dictadura y no fueron desaparecidos porque el entonces gobernador de Neuquén usó sus influencias para recuperar sus cuerpos.
Para seguir toda la información sobre este juicio, mirá el Canal “Crónicas sin Vueltas” en Whatsapps de la periodista Shirley Herreros