Desde el mes de abril, la nueva gestión municipal de Plaza Huincul realizó una serie de cambios en las paradas de colectivos de la ciudad. Anteriormente construidas con ladrillo, estas paradas se convirtieron con el tiempo en lugares propicios para el uso público y la acumulación de basura. En un intento por mejorar la situación, la administración actual ha decidido reemplazarlas con nuevas estructuras, sin embargo, las opiniones de los usuarios están divididas.
Si bien la iniciativa de renovación urbana fue recibida con entusiasmo por algunos sectores, una parte de los vecinos expresa su preocupación por la falta de protección adecuada contra cuestiones climáticas en las nuevas paradas.
Una lectora del medio local expresó su descontento señalando: “Estas garitas son una falta de respeto a la gente. Como se nota que el intendente y los que hicieron las garitas no esperan el colectivo. Esas garitas no te resguardan de nada, ni del viento, ni la lluvia, o sea, de nada… se quejaban del gobierno anterior y el actual, ¿cuánto salieron esas pocilgas? Señores, vayan a la garita y esperen 1/2 hora ahí.”
Esta crítica refleja las preocupaciones de muchos usuarios que sienten que las nuevas estructuras no cumplen con su propósito fundamental de brindar refugio y comodidad durante la espera del transporte público.