Sandro Sueldo apareció sin vida, con los pies atados, al menos un disparo de arma de fuego y signos de haber sido congelado. Estaba envuelto en una frazada, en un escenario típico de un ajuste de cuentas.
Es que Sueldo había estado desde joven en el ambiente delictivo, donde matar y morir es cotidiano. Además estuvo relacionado con la venta de drogas y así fue como terminó en la Unidad de Detención 22, en 2019, tras matar a José Valverde. Pero en la cárcel tampoco estaba a salvo.
A pocos meses de estar con prisión preventiva, acordó el ingreso de drogas a la cárcel para calmar peleas internas que lo ponían en peligro. E incluso intentó, con otros presos de Huincul, entregar una camioneta y un terreno a cambio de que planificaran su fuga.
No consiguió fugarse en 2019, pero pudo permanecer con vida hasta 2024 cuando recibió el beneficio de salidas transitorias. Y en junio de este año, tras salir con permiso, no volvió a la cárcel y se lo declaró prófugo.
La policía tenía información de que había sido parte de un grave incidente de abuso de armas que ocurrió en la estación de servicios BASES Full, en el ingreso de Huincul pero no lo detuvieron allí. Y luego ya no había información de su paradero hasta que apareció asesinado el viernes 1 de agosto en la Zona de Chacras de Plaza Huincul.
Sueldo tenía muchos enemigos y cuentas pendientes en el ambiente delictivo, por lo que la tarea de encontrar a sus asesinos, no será sencilla.