Hoy hubo un emotivo acto se recordó el momento en que se descubrió el gas en la zona y a los dos primeros mártires que hubo como consecuencia de la actividad hidrocarburífera.
José Coco Briceño destacó que tanto Juan Schreiber como José Sánchez fueron los dos primeros mártires que hubo en un pozo petrolero, en el Campamento Uno, en el pozo N° 5, un 3 de agosto de 1923.
“Con el gas, hubo muchos más, muchos más problemas de gas. Esta convocatoria es para decirles que un 18 de agosto nacía la Cuenca Neuquina. Hoy tendría que ser un día de orgullo, porque la primera muestra, la primera bocanada de gas que salió en el pozo 1, nos indicaba ya a Vaca Muerta”, resaltó.
En 1958, en Paso de Indio, o sea El Mangrullo entre YPF y la empresa ESSO, se descubre el gas a Vaca Muerta. Hay una gran asamblea, y acá tenemos fotos de eso, donde se decide dejar esa tarea para más adelante, porque no había herramientas adecuadas para trabajarlo totalmente, explicó.
“Hoy es el mañana que nos dejaron nuestros padres, por eso pensamos que olvidarnos de esa gente que hizo todo, porque perdieron la vida, dejaron su sangre, sería como traicionarlos, traicionar a nuestros padres”, sentenció un emocionado Briceño..
Insistió en que en este edificio donde se encuentran debe mantenerse y que peleará junto a los demás integrantes de la comisión para que no los saquen del edificio. “Soy dueño de esto, porque crecí en este lugar”, agregó.
Entonces, dijo que tienen un derecho propio de la casa que ocupan. “Somos los dueños, seguiremos siendo los dueños y ya hemos hablado con esta comisión, que nosotros de aquí no nos vamos a mover, no nos vamos a mover”, apuntó.
“Le debemos tanto, tanto le debemos a nuestros mayores, que gente que ni siquiera ha pisado una canaleta con barro no entiende lo que es ser, y especialmente lo que es ser perforador. El sacrificio que se hizo para esto, y estos primeros hombres que llegaron, que dormían en cuevas, en los recados de caballo, que mataban a una vaca para hacerse los zapatos, ese sacrificio: ¿no vale?, ¿no vale esta casa?. Vale mucho más”, mencionó.
Agradeció a los presentes y a los ausentes: “Muchas gracias por no venir”, les dijo.
Los nietos de Potenzoni recibieron la mención que era una medalla y también pidieron para que no se permita el desalojo de este lugar, con todos los objetos y documentación que hay en su interior.
La bisnieta de Juan Schreiber, Mabel, fue una de las encargadas de recibir la mención. Recordó también a su abuelo Juan, a su padre Luis y a sus familiares por lazo materno, Rubio, como Presbítero y Naco.
Apeló a que las autoridades, antes de tomar una decisión sobre el edificio donde hoy se levanta el museo- se tomen un poco más de tiempo para pensar qué están haciendo con el pedido del lugar. “Coco y sus compañeros pudieron rescatarlo. Este lugar pertenece por herencia histórica”, dijo la bisnieta de Schreiber.
“Les pido a estos jóvenes que están en la intendencia o son asesores de intendencia que miren, que lean, que se instruyan, que recorran y reconozcan el esfuerzo de esta tierra”, concluyó.