“Querida Miriam Ibáñez: Hoy es un día muy particular, ya que nos despedimos en tu último día de trabajo antes de comenzar esta nueva etapa llena de merecido descanso. Queremos aprovechar la oportunidad para agradecerte profundamente por tu dedicación y compañerismo durante todos estos años”.
“Tu trabajo incansable, predisposición y optimismo nos ha dejado una huella imborrable. Más allá de ser una técnica de laboratorio excepcional, eres una persona maravillosa, que hizo de nuestro lugar de trabajo un ambiente más cálido”.
“Te vamos a extrañar mucho, pero también sabemos que esta nueva etapa que comienzas es un reflejo de todo el esfuerzo que pusiste en cada día laboral. Te deseamos lo mejor, que disfrutes de cada momento, y que tu jubilación te brinde mucha felicidad y tranquilidad”.
“¡Muchas gracias por todo, Miriam! Nos llevamos tu ejemplo y tu amistad en el corazón”.
Tus compañeros del Laboratorio