Cuando el BPN se volvió sociedad anónima, en diciembre de 2000, el 10% de las acciones quedaron en manos de los empleados. Ahora muchos están jubilados, nunca se le pagó ganancias por esas acciones y no las pueden vender libremente, ni cobrar.
Desde hace dos años, el BPN reserva el 100% de sus ganancias, en años anteriores repartía parte de ellas entre sus socios, pero con más acciones, los empleados que las poseen no recibieron dinero.
Según trascendió en los últimos meses, entre el año 2023 y el año 2024, el BPN habrá dado ganancias por 116 millones de dólares, de los cuáles el 10% corresponde a los empleados con acciones.
En total son 760 empleados, pero algunos fallecieron y todavía quedó sin definir qué pasará con esas acciones, sin son herencia o no. Y todo ello porque nunca se reglamentó legalmente el funcionamiento de estas acciones.
Un grupo de 14 poseedores de esas acciones iniciaron una acción legal para tratar de regularizar esta situación. Se presentaron ante el gobierno provincial y ante el BPN, incluso propusieron una salida rápida, con una venta de acciones. Pero ello no prospera, aunque no está cerrado.
En las últimas horas, en radio Mitre Patagonia, el tema volvió a salir a la luz. Y es que el gobierno de Rolando Figueroa tendría intenciones de acceder al dinero que por ahora está guardado, que le pertenece al gobierno provincial en un 90%. Pero tiene que resolver lo del 10% restante que es de los trabajadores.
Los empleados que tienen acciones pero están jubilados, no pueden acceder a las asambleas anuales, no tiene voz ni voto, solo tiene acciones que le pueden vender (pero no ahora) a otros empleados del BPN.
¿Se repetirá la historia de los expefianos, muchos de los cuales murieron sin poder cobrar lo que les habían prometido? En este caso dependerá del gobierno provincial y de las autoridades del BPN.
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