La frustración se apoderó una vez más de los padres, estudiantes y docentes de la EPET 1, quienes se congregaron frente al edificio escolar en Cutral Co para exigir respuestas sobre la finalización de las obras que paralizó el ciclo lectivo durante todo 2024. A pesar de las reiteradas promesas del gobierno provincial y el ministerio de Infraestructura, el edificio sigue en condiciones de obra y sin una fecha clara de entrega.
“Nos dijeron que el edificio iba a ser entregado, que por fin se podría volver a habitar. Pero llegamos y lo que encontramos es lo de siempre: obreros trabajando como si fuera un día más. Nadie nos da una respuesta concreta”, expresó Claudia Navarro, madre de uno de los alumnos afectados.
Promesas vacías y un ciclo lectivo perdido
El reclamo de los padres no es nuevo. Desde diciembre de 2023, vienen exigiendo la culminación de las obras, que comenzaron con retrasos y sufrieron múltiples interrupciones. Uno de los puntos críticos fue un desperfecto grave en el techo, que detuvo por completo el avance durante varios meses.
“Entendimos la importancia de garantizar la seguridad estructural, pero ya no más. Perdimos todo un año, y nuestros hijos están egresando con un título que no los habilita para ejercer como técnicos en ningún lado”, lamentó Navarro.
Estudiantes de sexto año cursaron de manera improvisada en el CPEM 58, mientras las familias debieron reorganizar sus rutinas para adaptarse a una situación que parecía no tener fin. Según Navarro, el impacto académico fue notorio, especialmente en los alumnos próximos a graduarse, quienes no pudieron completar sus cursadas de manera normal.
Ausencias y silencios oficiales
La indignación de los padres se intensificó por la falta de representantes oficiales que ofrecieran explicaciones. “No hay nadie que dé la cara. Consultamos con los directivos de la escuela y ellos tampoco tienen noticias”, denunció Navarro.
El reclamo no solo apunta a la falta de respuestas inmediatas, sino también a la ausencia de garantías para el próximo ciclo lectivo. “Exigimos que 2025 comience en las condiciones que los alumnos y docentes merecen. Ya es hora de que las palabras de los funcionarios se respalden con hechos”, advirtió la madre.
La espera como norma
Este conflicto no es aislado. Se enmarca en un historial de promesas incumplidas y retrasos en obras de infraestructura educativa en la región. Los padres de la EPET 1 han sido pacientes, pero ahora la situación parece haber llegado a un punto límite.
Mientras tanto, las imágenes de obreros trabajando, los andamios y los escombros en la escuela simbolizan la falta de previsión y gestión que ha marcado el proceso. La comunidad educativa, organizada y determinada, promete no bajar los brazos hasta que la EPET 1 recupere su normal funcionamiento.
“Nos movilizamos por nuestros hijos, pero también por el futuro de la escuela. No es solo un edificio, es un derecho. Y vamos a seguir exigiendo que se cumpla”, concluyó Navarro, rodeada de familias que compartían su reclamo bajo la sombra de una obra interminable.
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