Mientras el fuego avanza en el Parque Nacional Lanín, en la zona del Valle Magdalena, los comunicados oficiales de Parques Nacionales y del gobierno provincial aseguran que no se requieren donaciones ni voluntarios. Sin embargo, residentes de Junín de los Andes y comunidades afectadas denuncian un panorama completamente distinto: familias combatiendo las llamas con recursos precarios, falta de agua y de indumentaria adecuada, y trabas para ingresar con ayuda.
“Dicen que no necesitan nada, pero hay comunidades que lo están perdiendo todo y están solos combatiendo el fuego con lo poco que tienen”, denuncia un vecino de la zona, quien prefirió no revelar su identidad por temor a represalias. Según testimonios recogidos por este medio, los pobladores que intentaron llevar donaciones se encontraron con múltiples restricciones y negativas para acceder a las zonas afectadas.
Uno de los relatos más contundentes proviene de un grupo de excombatientes de incendios forestales. “Mi marido y cuatro compañeros pidieron poder ayudar durante una semana, pero fueron rechazados en todos lados. Cansados de las mentiras, decidieron ir directamente a las comunidades afectadas. Cuando volvieron a buscar más insumos, les pusieron trabas para ingresar y, finalmente, dejaron de permitir la entrada de donaciones”, afirma una mujer que prefiere el anonimato.
Comunicados oficiales vs. realidad en el terreno
En medio de la crisis, la Administración de Parques Nacionales insistió en que no está solicitando colaboración externa y que la emergencia es atendida exclusivamente por brigadistas profesionales. “El operativo está bajo control, gestionado por organismos oficiales y especialistas en manejo del fuego”, reza un comunicado oficial.
Pero las imágenes y testimonios desde el terreno reflejan otra realidad. Videos difundidos en redes sociales muestran a habitantes de la zona luchando contra las llamas con baldes, ramas y herramientas rudimentarias. Las quejas sobre la falta de apoyo estatal se multiplican, así como la indignación por la negativa a recibir asistencia externa.
La amenaza del viento: un factor agravante
A la crisis del incendio se suma una alerta meteorológica. El Servicio Meteorológico Nacional anunció para el lunes 10 de febrero la llegada de vientos con ráfagas de hasta 95 km/h, lo que podría avivar las llamas y poner en mayor riesgo a los combatientes y a la población cercana.
Mientras tanto, las comunidades afectadas siguen esperando respuestas concretas. “Nos da mucha bronca que digan que todo está controlado cuando no es así. La gente está en abandono total y sigue pidiendo ayuda”.
La situación en el Parque Nacional Lanín sigue siendo crítica, y los residentes exigen acción inmediata. Las preguntas que quedan en el aire son: ¿Es real que la emergencia está bajo control? ¿Por qué se impide la llegada de donaciones y voluntarios? Y lo más urgente: ¿cómo se está protegiendo a las comunidades que hoy luchan solas contra el fuego?