Hace dos días, el 27 de abril, los operarios del yacimiento convencional Aguada Toledo detectaron que había presiones inusuales y se realizó un recorrido de las instalaciones.
Se detectaron aproximadamente 14 derrames de crudo provocados por el cierre de las válvulas. Según la empresa, no se trató de una falla sino de una acción intencional para generar los derrames.
La asistente letrada de la Fiscalía de delitos ambientales habló con AM Cumbre y afirmó que la denuncia se hizo en Plaza Huincul porque el personal de Aguada Toledo es de esta localidad. Pero que se lo derivó a Senillosa que tiene jurisdicción en la zona y de allí a la Fiscalía.
La zona más afectada es la de batería, es decir el lugar hasta donde se traslada el crudo desde los diferentes pozos para su traslado final hacia el proceso de refinación a través de oleoductos.
No es un yacimiento de la formación Vaca Muerta sino que es convencional. Según pudo saber este medio, no hay conflictos con comunicadades mapuches ni crianceros en la zona. Tampoco sería una maniobra de robo de crudo.
En principio, la fiscalía investiga un sabotaje de una o varias personas con conocimiento en las instalaciones porque había varias válvulas cerradas. Estos instrumentos manejan grandes presiones y no son fáciles de manipular.