Raúl “Popeye” Rodríguez tiene una condena de 11 años y seis meses de prisión por la muerte de Néstor Olivieri, ocurrida este año.
En junio se lo encontró culpable y un mes después se definió la pena, pero Rodríguez no estaba preso porque la ley estipula que no debe ir a prisión hasta que la condena no esté firme. Pero esta semana se determinó que regrese a la cárcel porque hay sospechas de que podría fugarse.
Se determinó que esté con prisión preventiva por tres meses hasta que finalicen los trámites y su condena quede firme o sea revocada. Hay dos motivos para que una persona tenga prisión preventiva, una es que pueda entorpecer la investigación y otra que pueda evadir la acción de la Justicia huyendo.