La democracia pierde con el manoseo de los derechos constitucionales. Candidatos e instituciones parecen que no están a la altura de las circunstancias y, tal vez, incrementen más el descreimiento en los procesos eleccionarios y el poco interés en la política.
La crónica de los hechos indica que Nuevo Compromiso Neuquino que tiene como representante en Plaza Huincul a Miguel Telmo se sumó a la propuesta de Claudio Larraza y presentó una lista colectora. Fue oficializada la lista y se la incluyó en la pantalla de la máquina donde se va a votar mañana 23 de julio.
Pero Miguel Telmo, referente de un grupo minoritario de la UCR que ahora utiliza “el sello” de Nuevo Compromiso Neuquino, llega a un acuerdo con otro candidato a intendente y decide bajar su postulación. Podría decirse que “se dio vuelta”, que no tiene palabra, en fin, sería otra discusión.
Telmo envía una nota a la Junta Electoral Municipal y renuncia, ejerciendo el derecho constitucional de elegir pero también de ser elegido. Es decir Telmo quiso ser elegido, hizo uso de derecho, y ahora no lo quiere más.
¿Por qué no le consulta al resto de los candidatos y candidatas? Porque le responden a él, es decir, ese grupo que trabajaba para Larraza ahora lo hará para otro candidato. Y tampoco le dice nada a Nuevo Compromiso Neuquino, porque no hay identidad partidaria sino un sello.
La Junta Electoral de Plaza Huincul expresa “que ya es muy tarde” para cambiar la pantalla. Es decir que las cuestiones técnicas de la votación electrónica prevalecen sobre la voluntad o no de participar, nuevamente de elegir y ser elegido. Pero si le ponen un cartel de nulo donde estaba la colectora.
¿Quién pierde con esa decisión? Claudio Larraza, porque él si quiere ser elegido. Y si los votos a la colectora 180 son nulos, son votos que él pierde. Quizás por esta u otra razón, se presenta el apoderado provincial de Nuevo Compromiso Neuquino en el Junta Electoral Provincial de Neuquén y plantea que al partido nadie de la Junta Electoral de Plaza Huincul le consultó si querían o no participar.
“No puede aceptarse que la simple manifestación de una persona (se trate del apoderado o de un candidato) pueda dar lugar a la eliminación de una de las listas ya oficializadas”, dice la Junta Electoral de la provincia. Y como el partido Nuevo Compromiso Neuquino quiere participar, entonces hay que dejarlo participar. Pero no dice nada de que los candidatos de Nuevo Compromiso Neuquino no quieren participar, entonces qué se elige ¿a partidos o a personas? quiénes ejercen el derecho a ser elegidos, ¿los partidos o los candidatos?
Más allá de ello, ayer la pantalla de las máquinas se modificó y Nuevo Compromiso Neuquino va a participar aunque sus candidatos no quieran participar.
La política de sumar voluntades con las listas colectoras tiene una sola razón de ser, que no está en la letra de la ley electoral. Y es que un seudo dirigente, una persona que se cree (en la mayoría de los casos con razón) que influye en un determinado grupo de personas, negocia con un candidato más importante “los votos” que tiene. Y arma una colectora. Entonces el único que es “conocido” es el candidato a primer concejal. Y listo. no hay debate de ideas sino negociación.
Tal vez sea hora de respetar al electorado y dejar de lado estas negociaciones que son la muestra del mercantilismo electoral.