Después de la sobremesa larga del domingo, los pasillos de la escuela del barrio Otaño se fueron animando, con la afluencia de los vecinos, a emitir su voto en las elecciones primarias 2023. Y no fue el intendente Gustavo Suárez ni otro vecino ilustre el que se llevó los saludos de muchos, sino Carlitos, el que conocen todos, el que siempre sonríe y que es atento con conocidos y no tanto.
Carlitos Vandalda -cadete por años en el edificio municipal- votó cerca de las 15 en la mesa 788. Esperó en la fila junto a un familiar que también votó. Impecable en su aspecto y expectante, saludó con familiaridad a las autoridades de mesa y entró al cuarto oscuro.
Al salir, y como era de esperar, no se negó a la foto. Cuando le pedí su sonrisa, iluminó el pasillo. Saludando a unos y otros, se fue, contento de haber participado en una jornada democrática más.
Y si algún desprevenido no sabe de quién hablo, es Carlitos, el de siempre, el de la Muni de Plaza, el servicial, el que siempre saluda y sonríe.