El comienzo de Semana Santa colapsó a la única pescadería de la ciudad que durante todo el jueves santo concentró una extensa fila de clientes que, con mucha paciencia, aguardaron su turno para cumplir con el menú de pascuas y evitar el consumo de carne roja.
“Desde que abrimos las puertas estamos así, la gente por suerte espera tranquila y por eso decidimos trabajar también viernes y sábado santo” explicaron desde el comercio de calle Nolasco, donde remarcaron además que el caudal de clientes es ampliamente superior al del último año.
La fiebre por productos de mar no es cosa nueva pero en la proximidad del feriado largo no hubo ventas de cooperativas de pescadores y eso aumentó la demanda por los productos de mar.