La justicia determinó que su vivienda no era segura y por ello Jairo Vallejos fue trasladado a la Unidad de Detención 11 en Neuquén capital. La Justicia permanece pendiente de su estado de salud.
Se sospecha que Vallejos violó en reiterados casos la prisión domiciliaria pero sin pruebas contundentes que lo acreditaran, finalmente fue a la cárcel porque declaró que lo balearon en su casa. “Entonces su casa no es segura para usted”, dijo la jueza Rodríguez y determinó su encarcelamiento.
Su condición de discapacidad motriz, el requerimiento de curaciones periódicas y los recurrentes ataques de epilepsia llevaron a que la Justicia disponga el beneficio de prisión domiciliaria a la peña de 10 años y 8 meses dictada por el homicidio de Manuel Barría. Sin embargo en sólo dos meses de haber iniciado su condena se vio involucrado en delitos, enfrentamientos armados y amenazas, como las que sufrió el personal del centro de salud de barrio Aeroparque.
Fue así que el Ministerio Público Fiscal solicitó su traslado a cárcel común, con destino en la U11 por la calidad de su enfermería, siendo la mejor equipada de las cárceles de la provincia. No obstante la salud de Vallejos mantiene en vilo a jueces y fiscales. El próximo martes deberá someterse a una nueva audiencia en los Tribunales de Cutral Co.