Estiman que 3 de cada 100 presos en la provincia son mujeres. Se trata de un número bajo pero que no deja de alertar, ya que la cantidad de casos aumentó en las últimas décadas.
La cifra surgió luego de la suspensión del juicio a prueba para una mujer que agredió a una efectivo policial. Más del 90% de las causas penales son para hombres y en la provincia solo existe una cárcel para mujeres.
Por datos arrojados desde la Defensoría pública, más del 90% de las causas penales son contra hombres que, en su mayoría, ocupan un rango etario de entre 18 y 35 años, una cifra menor es para los que superan esa edad y aún más inferior es el número de mujeres que deben sentarse en el estrado frente a un juez. Obviamente la relación radica en que el grupo que forma parte de los más “juzgados” son los que capitalizan el mayor porcentaje de delitos, pero también es real que una pequeña fracción femenina de la sociedad participa o tiene vínculos con el ambiente delictivo.
Si bien no son cifras oficiales, desde fiscalía estiman que 3 de cada 100 presos en la provincia son mujeres, y casi todas se encuentran privadas de la libertad por delitos relativamente menores o poco violentos, dejando casi descartados los robos agravados o abusos de armas, aunque existen muchos casos por vínculos con el narcotráfico, encubrimiento e incluso homicidios.
Las leyes no distinguen el género al momento de juzgar, pero las condiciones no son las mismas que para el 97% restante de la población carcelaria. En Neuquén solo existe la Unidad de Detención de Mujeres Nº 16, que mantiene a las reclusas sin distinguir su carácter de peligrosidad, aunque divididas en distintos pabellones. Es la única cárcel que reúne las condiciones para albergarlas dignamente, aunque en casos extremos algunas deben cumplir parte de sus condenas en celdas de comisarías comunes o en Unidades de otras provincias por falta de otros espacios.
El fenómeno de mujeres que delinquen ha desarrollado distintos estudios en las últimas décadas, ya que si bien sigue siendo un porcentaje mínimo al momento de hablar de procesados penales, es una realidad que creció de forma notable en las dos últimas décadas.