La ruta nacional 22 fue el lugar elegido para instalar la enorme mole que es una réplica del Avro 748 que un día como hoy, pero de hace 43 años, cayó en la meseta Buena Esperanza y dio muerte a todos los que viajaban en él.
La tragedia fue enorme. Según contó “Palito” Manqueo una vez, cuando llegaron al lugar solamente había restos humanos despedazados, mezclados con el ala del avión. El piloto Agustín Pérez (fallecido este año) contó que el avión era de segunda mano y que ya había tenido problemas con el ala.
Como hacía pocas semanas del golpe militar, se investigó que había sido un atentado pero se descartó de plano. Quedaron historias de personas que tenían que viajar y no lo hicieron, de otros que ocuparon su lugar y encontraron la muerte.
Las viudas debieron afrontar la pérdida emocional y económica. Recibieron un puesto laboral y desde allí la lucharon para criar a sus hijos e hijas. Tanta tristeza y esfuerzo tuvo hoy su reconocimiento oficial.
En el acto realizado a la vera de la ruta, la réplica del avión intacto recordará esos sueños e ilusiones truncas. Los familiares fueron representados por las hija e hijo de Florentino Zuñiga y la hija de Agapito Bustos. El agradecimiento fue el punto en común. Al intendente José Rioseco, a Ramón Rioseco y a Aldo Beroisa, el artista.
Se descubrió una placa en la que se nombra a todas las víctimas del accidente. Luego se escuchó la palabra de Coco Briceño, de la agrupación veteranos ypefianos, que entregó una medalla a Beroisa.
También hubo tiempo para escuchar al artista y al intendente José Rioseco.
Tal vez muchos automovilistas que pasen por la ruta no entiendan qué hace un avión cerca de una torre de perforación. Pero cada vecino y vecina de Cutral Co y Plaza Huincul debe saber qué significa: trabajadores dieron su vida mientras hacían grande a la provincia y al país.