El delincuente ingresó al bar de la terminal de ómnibus, obligó a los empleados a encerrarse en la cocina y se sentó en una mesa para comer. Finalmente fue demorado por la policía y se supo que el arma que aparentemente portaba era una pinza de manos. Los empleados aseguran que es el quinto episodio del mes.
Ocurrió esta tarde, alrededor de las 17.30 y según relataron las propias víctimas, el ladrón actuaba de manera extraña. Se sentó en una mesa del fondo y, mientras simulaba portar un arma bajo la campera, los obligó a encerrarse en la cocina y arrojarse al suelo. Al notar que el sujeto no estaba en sí, abrieron la puerta y pidieron ayuda para que finalmente sea demorado.
Se supo además que el aparente arma era una pinza y que por no sustraer ningún elemento ni tener antecedentes policiales quedó en libertad, aunque trascendió además que no sería la primera vez que comete un hecho de estas características.
Los empleados protestaron porque se trata del quinto episodio de inseguridad en lo que va de agosto en la terminal de ómnibus que cuenta con personal de vigilancia interna ocupada por empleados municipales, pero por falta de convenios, no posee personal policial en servicio adicional.
Piero Di Lena
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