Escribo estas líneas en primera persona porque quiero contar lo que dejó el Encuentro de Mujeres en mí. En una sola de las cientos de miles de mujeres que se juntaron en La Plata.
Llegué con expectativa de escuchar voces diferentes a la mía. Viajé a escuchar ideas y pensamientos que a mi no se me habían ocurrido, por mi formación, mi origen, mi edad. Y el encuentro superó mis expectativas.
Los debates en los conversatorios principales eran intensos, ásperos pero respetuosos. Escuché un poco de política y mujer, de sindicatos y mujer, donde se daban las discusiones más concurridas.
Pero yo me andaba buscando otros debates. Fui al conversatorio donde se hablaba de relaciones sexo afectivas. Había varios porque estos temas interesaban a muchas mujeres: cómo vivir el amor, qué hacer con los hijos en las relaciones abiertas, ¿está mal si sentimos celos?, vale la pena poner en palabras lo que sentimos si nuestra pareja, amigos y familia no están dispuestos a escuchar?
Muchas preguntas y pocas respuestas. Me quedé con la opinión de una joven, que sostuvo: el límite es cómo te sentís, si no estás cómoda, si no estás bien, entonces poné espacio. Según ella, no hay que “educar” emocionalmente a la pareja. Una plantea sentimientos propios “y el otre (así dijo ella) puede plantear otra cosa, si no hay acuerdo, entonces no se puede seguir”.
Al otro día fui al conversatorio de feminismo popular. Escuché valiosos testimonios de mujeres que trabajan en villas miserias (barrios, como le dicen ellas) y también en movimientos de campesinas. Militan el feminismo de manera diferente. Contaron que no se sienten incluidas en el feminismo académico, ese que elabora la teoría feminista y su relación con el capitalismo.
Valiosos testimonios de mujeres para las que el feminismo, la militancia de cuerpo pasa por tener comida todos los días, por coordinar redes de cuidado comunitario de niños y niñas (así una mamá no tiene que llevar a sus cinco hijos al hospital para sacar un turno) o por tramitar los anticonceptivos. “Hablar de aborto legal, del empoderamiento del cuerpo, todavía no podemos”, contó una de estas militantes.
Estuve en la asamblea para que el encuentro fuera plurinacional (idea que no prosperó) y también en la multitudinaria marcha por las calles de La Plata.
El Encuentro de Mujeres de 2020 será en San Luis. Iré, a seguir conversando con otras mujeres que piensan distinto. Me preguntaron por qué son “conversatorios”, y es bastante simple. No hay una expositora, son mujeres que eligen un tema y conversan. Revolucionario.