Fue en un comercio de barrio Centenario. El ladrón armado quedó encerrado luego de que cerraran la única puerta y trató de esconder el arma antes de que la policía llegara.
Su compañero fue reducido en la calle por un grupo de vecinos que salió en auxilio de la comerciante.
Ocurrió el domingo por la mañana en calle 1° de Mayo al 100 de Plaza Huincul, en una vivienda que cuenta con un pequeño kiosco en la parte delantera. Allí aparecieron dos personas simulando ser clientes, pero una de ellas sacó un arma de fuego y amenazó a los dueños.
La propietaria, una mujer de 61 años, salió a la calle a pedir ayuda y uno de los delincuentes la siguió para sin alcanzarla. Rápidamente, el hijo de la víctima corrió tras ellos y al salir cerró la puerta, dejando dentro al segundo ladrón.
“La puerta no tenía picaporte y está persona quedo encerrada en el interior” relató el comisario inspector Ariel Castillo, al tiempo que aclaró que el delincuente que salió tras la mujer fue reducido por un grupo de vecinos, que luego lo entregó a la policía.
Cuando los uniformados llegaron, entraron al lugar a buscar al ladrón que estaba encerrado. Se entregó sin oponer resistencia, pero antes de ser trasladado las víctimas indicaron que era él quien portaba el arma de fuego.
El arma no fue hallada en la requisa personal, pero si apareció luego en una búsqueda dentro de la vivienda. Se trataba de un revólver calibre 32, cargado y en condiciones de disparo que el delincuente escondió en una de las habitaciones de la casa.
Finalmente, los dos ladrones fueron trasladados a la comisaría 6° de Plaza Huincul.