La fiesta de San Sebastián terminó ayer con una multitudinaria procesión hasta la gruta donde se celebra la misa mayor, una tradición que cumplió más de 70 años en el norte neuquino.
Del 17 al 20 de enero, miles de fieles de San Sebastián se congregan en la provincia por la peregrinación del patrono de los crianceros y mártir de la iglesia.
El centro de las actividades es la ciudad de Las Ovejas, desde donde estimaron la participación de unas 13 mil personas en las distintas actividades. A la celebración religiosa se suman actividades culturales en el predio del anfiteatro municipal como las tradicionales cantoras del norte neuquino, grupos de danza y musicales.
San Sebastián vivió alrededor del año 200 de la era cristiana. Fue un soldado romano defensor de la fe, que utilizó su alto cargo militar para ayudar llevando la palabra de Dios y a quien ordenaron matar. Los antiguos pobladores del norte neuquino conocieron su historia en Chile y comenzaron a pedirle que interceda por sus peticiones ante Dios.
En 1946 trajeron desde el vecino país la actual imagen del santo que está en el Santuario de Las Ovejas. Primero, fue una devoción en casas de familias y luego se fue transmitiendo de generación en generación.