Gastón Zuñiga, a cargo del sector de Kinesiología, explicó que “la idea es atender a todo paciente que requiera de una protesis o férula que se pueda confeccionar desde la impresión 3D”.
Desde que se presentó el laboratorio para la impresión 3D se atendieron varios pacientes “a modo de experiencia piloto” que resultaron muy bien.
Un paciente que había tenido una fractura “después de un análisis logramos alinearle la mano y la muñeca, para que tenga una vida más funcional”.
También se atendieron niños y un hombre que se había lesionado mientras pescaba. “Los futuros pacientes van a tener una atención más organizada pero vamos a tener una limitación con el tiempo en la producción, pero vamos a poder dar una respuesta a los pacientes que lo necesitan”, explicó Zuñiga.
Este tipo de atención surgió a partir de un joven que construyó manos en su impresora y desde allí evolucionó mucho. “Tanto los pacientes como nosotros tenemos que ir viendo como es la evolución, la idea es acompañarlos para que lleguemos a la funcionalidad“, detalló.