En los últimos días se hizo conocer la situación de muchas empresas de servicios petroleros que no brindaron servicios por el parate en la actividad.
Si bien todas recibieron la notificación del Sindicato de Petroleros para que paguen el 60%, muchas dijeron que no están en condiciones. El primer planteo es que no pudieron acceder a la ayuda que ofreció el gobierno nacional porque figuran como “activas” en AFIP, el segundo se dirigió hacia las empresas operadoras para que respondan por un acuerdo con el gremio, del que no participaron las pymes.
Cuentan con el apoyo político pero por ahora el dinero no aparece. Pero lo que es peor, el trabajo tampoco. No hay reactivación en estos días de mayo, si se mantiene esta situación no tendrán nada para cobrar en junio.
En este contexto, los trabajadores suspendidos no tendrían su salario y tampoco su indemnización.
Aquellos afortunados que pudieron cobrar este mes, el consejo es que bajen todos los gastos fijos que puedan, que ahorren. Y aquellos despedidos que pudieron cobrar su indemnización, vale el mismo consejo, lo mejor es pensar que pasarán varios meses hasta tener otro ingreso.
En cuanto a la sociedad en su conjunto, muchos recordarán lo que ocurrió en luego de la privatización de YPF. La crisis que vivimos tiene la misma magnitud pero tal vez peor porque no sospechábamos que llegaría.
El Estado en todos sus niveles tendrá que estar a la altura. Desde Nación se ha mostrado una actitud pro activa para llegar a los menos tienen. Los municipios deberán hacer lo propio. El que peor escenario tiene es el gobierno provincial, que se endeudó en épocas de abundancia y ahora llega mal parado y sin resto a una crisis con escasos precedentes.